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La histórica marca Volvo, líder en seguridad y vanguardia, parece estar viviendo un inicio de comercialización de su esperado EX90 más turbulento de lo deseado.
Al parecer, luego de superar los escollos iniciales con un software problemático que generó serias dudas sobre la seguridad del vehículo, un nuevo e inesperado contratiempo ha saltado a la palestra.
¿De qué estamos hablando? La joya de la corona de su tecnología de asistencia a la conducción: el sensor LiDAR estaría causando inconvenientes.
De hecho, sabiendo que la implementación de sistemas avanzados de ayuda al conductor es un paso crucial hacia la autonomía total, la experiencia reciente con el EX90 ha tomado un giro inesperado.
Resulta que el sensor LiDAR ubicado en el borde delantero del techo, esencial para el funcionamiento del sistema de conducción autónoma avanzada, tendría un efecto secundario peculiar: dañar las cámaras de los smartphones que lo graban de cerca.
En esta ocasión, una insólita denuncia llegó de la mano de periodistas especializados que, en su labor de documentar el vehículo, experimentaron fallos irreparables en los sensores de imagen de sus iPhones tras filmar el coche.
William Cha, uno de los afectados, hizo su descargo en público manifestando que el sensor de imagen de su iPhone se quemó con este sensor luego de filmar de cerca el vehículo. Además agregó que es una pena que no se haya informado de esta situación.
Ahora bien, la pregunta que surge inevitablemente es: ¿a quién se le ocurriría grabar directamente un sensor LiDAR y con qué fin? Ciertamente, no parece el objetivo más fotogénico de un vehículo.
Aún así, la anécdota pone de manifiesto una potencial vulnerabilidad o, al menos, una característica inesperada de esta tecnología punta que Volvo, quizás, debería haber comunicado de manera más proactiva.
Volvo EX90: ¿Un peligro inesperado o un error de usuario?
La respuesta de la compañía sueca, fiel a su estilo responsable, no se hizo esperar. Admitió la posibilidad de que el sensor LiDAR pudiera causar daños a los sensores de imagen de dispositivos cercanos al ser grabados a corta distancia.
Asimismo, adujeron que el LiDAR utiliza luz con una longitud de onda de 1550 nm, segura para los ojos humanos (un punto importante a destacar), pero que la intensidad de la luz emitida podría afectar a los delicados sensores de las cámaras.
La empresa cree que los periodistas podrían haber utilizado el zoom de sus cámaras para grabar el sensor a una distancia segura, evitando así el percance.
No obstante ello, Volvo se comprometió a reemplazar el iPhone dañado de uno de los periodistas afectados, incluso ofreciéndole el último modelo como compensación, un gesto que sin duda mitiga la mala publicidad inicial.
Más allá de los smartphones dañados: La importancia de la transparencia
Si bien el incidente de los smartphones «quemados» por el LiDAR del Volvo EX90 puede parecer anecdótico, plantea una cuestión fundamental en la implementación de tecnologías avanzadas en la automoción: la transparencia y la comunicación clara con los usuarios.
En un mundo cada vez más dependiente de nuestros dispositivos móviles, cualquier interacción inesperada, por inofensiva que pueda parecer a priori, genera desconfianza.
Lo cierto es que Volvo, conocida por su enfoque en la seguridad, debería haber anticipado y comunicado cualquier posible efecto secundario de su tecnología LiDAR, incluso aquellos que puedan parecer poco probables.
Dicho suceso, sumado a los problemas iniciales con el software, empaña ligeramente el prometedor lanzamiento del EX90.
Sin embargo, la rápida y elegante respuesta de Volvo al incidente del smartphone demuestra su compromiso con la satisfacción del cliente y su disposición a asumir responsabilidades.
El futuro de la conducción autónoma y sus «efectos secundarios»
Como se dijo anteriormente, la tecnología LiDAR es un componente crucial para el desarrollo de la conducción autónoma, ya que permite a los vehículos «ver» el entorno con una precisión milimétrica.
Por tanto, a medida que esta tecnología se generalice, será fundamental que los fabricantes informen detalladamente sobre su funcionamiento y cualquier posible interacción inesperada con otros dispositivos o incluso con el entorno, si quieren lograr la confianza del consumidor final.
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(S.M.C)